chicas alimentos

Se realizó en Colombia el primer intercambio del programa de pasantía para jóvenes rurales

Esta experiencia fue muy motivadora. Me sentí inspirada. El intercambio me despertó la inquietud de iniciar estudios sobre el medio ambiente. Me llamó la atención  la diversidad de plantaciones que hay en las propiedades y el gran cuidado del suelo”.

Las palabras de Izabel Silva, dan testimonio de algunas de las vivencias que despertó el Programa de Pasantías de Saberes por los Semiáridos de América Latina, que tuvo su primer intercambio el 28 de febrero último cuando un grupo de tres jóvenes de Brasil, visitó durante dos semanas comunidades y familias de Colombia con el fin de compartir conocimientos y  experiencias exitosos en temas de su interés, para luego replicarlos en sus comunidades.

Ana María López do Nascimento , de la comunidad Cachoeirinha dos Torres, Soledade, Paraíba, Brasil; Mónica Silva, de la comunidad Jurema, Cumaru, Pernambuco, Brasil;  e  Izabel Silva, de la comunidad Tigre, Caém, Bahia, Brasil, formaron el primer grupo de pasantes que inauguró  los viajes de intercambio. Esta pasantía debía contar también con la participación de una joven de Argentina, pero no pudo viajar porque dio positivo por Covid-19 en el momento que se iniciaban el Programa de Pasantías en Colombia.

“Fue muy importante conocer la cultura y la historia de vida de las familias que visitamos. Tuvimos muy buenas experiencias con las mujeres y creo que nos faltó tener más  contacto con el trabajo diario de los jóvenes. Me parece que allá hay un déficit de participación de los jóvenes porque salen a estudiar fuera de sus comunidades.  Sin embargo, todas las actividades fueron muy importantes”, contó Ana María.

chicas en terreno

Durante su estadía las jóvenes visitaron y convivieron con familias campesinas e indígenas de la etnia Pijao, en diversas localidades del departamento Tolima, municipios de Natagaima y Coyaima en Colombia.

Este programa es una iniciativa de gestión de conocimiento para jóvenes rurales de la región, impulsada por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) mediante el Programa Semear Internacional, por la Coalición Internacional de la Tierra ( ILC América Latina), Church World Service ( CWS · Oficina Regional para América Latina y el Caribe), y las organizaciones que conforman la Plataforma Semiáridos América Latina.

“Salí con el pensamiento de que vería otras experiencias completamente diferentes a las que vivía en mi comunidad, pero me encontré que había realidades semejantes,  pero con aspectos diferentes que complementan las vivencias, especialmente en las prácticas agroecológicas”, agregó Izabel.

Al realizar un balance de la experiencia Liliana Vargas, miembro de la Red Nacional de Agricultura Familiar de Colombia, quien junto a un equipo de dirigentes de organizaciones campesinas e indígenas oficiaron de anfitriones comentó: “fue muy buena la posibilidad que tuvieron las jóvenes de acercarse culturalmente a otros espacios y a otras vivencias donde también se puede reconocer el conocimiento propio y valorarlo. Especialmente en una época en la vida donde las personas se están construyendo. Para los jóvenes es muy inspirador. En lo personal fue muy grato tener a las chicas en Colombia poder compartir y aprender de cada una de ellas”.

Noelia

La conectividad a favor del encuentro de las juventudes rurales

Noelia

Como parte de una de las acciones del Programa de Pasantías de Saberes por los Semiáridos de América Latina que llevan adelante las organizaciones que integran la Plataforma Semiáridos, se puso en marcha un acuerdo de cooperación técnica entre el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA),  SEMEAR Internacional y FUNDAPAZ que permitirá a un grupo de jóvenes rurales de Argentina, Bolivia y Paraguay tener o mejorar la conectividad en las zonas donde viven.

Algunos de ellos integran el comité internacional que está estructurando dicho programa mediante un proceso de construcción colectiva de conocimiento de forma virtual. Este proceso culminará en el diseño final del programa de pasantías, que se pondrá en marcha en diferentes zonas de la región, una vez superado el contexto de aislamiento social provocado por la pandemia del coronavirus.

Noelia Quispe, de la comunidad wichí Lote 75 de Embarcación, ubicada en el norte de Salta, hace unos días recibió un celular nuevo y cuenta: «Yo tenía un teléfono con el que no se podía llegar a Internet. Acá en la zona es muy difícil poder conectarse pero esto ayuda. Estoy en un grupo donde estamos con otros jóvenes charlando el tema de las pasantías para hacer un intercambio y cuando tenemos reuniones cargo datos, y voy buscando donde me puedo conectar. Es muy lindo lo que estamos haciendo. A mí me interesa todo lo que sea conocer otras culturas y otras experiencias», dice Noelia entusiasmada y explica que en esta época del año mucho de los jóvenes de su comunidad están trabajando en las fincas en las cosechas de tomates, y por eso no pueden estar en las reuniones.

Noelia y Silvia

El intercambio

El Programa de Pasantías de Saberes por los Semiáridos de América Latina propone que jóvenes que serán seleccionados en los países del Chaco Trinacional, el Corredor Seco Centroamericano y el Semiárido brasileño puedan ser acogidos en otro país para experimentar e intercambiar experiencias, actividades y proyectos exitosos en temas de su interés y en realidades similares a las suyas, para luego replicar lo aprendido en su propio país, territorio y comunidad.

La iniciativa contempla las demandas de los jóvenes surgidas durante los intercambios de experiencias anteriores, que resaltan la importancia de la profundización del aprendizaje entre pares de otros países, en condiciones que permitan asimilar las tecnologías utilizadas en diferentes semiáridos, los trabajos realizados en el medio rural y la riqueza cultural.

En general, los jóvenes rurales de América Latina y el Caribe comparten un contexto social con profundas desigualdades y falta de oportunidades que muchas veces los expulsan de sus territorios hacia las grandes ciudades provocando un impacto negativo en sus lugares de origen. Por eso, reconociendo el valor de las juventudes como actores que pueden potenciar el desarrollo, otras instituciones como el Servicio Mundial de Iglesias (CWS) y la Fundación Avina, se fueron sumando para apoyar esta iniciativa.

Así, en un esfuerzo articulado entre todas las instituciones que impulsan el Programa  se promueven estrategias innovadoras que invite a las y los jóvenes rurales de la región a asumir nuevas oportunidades.

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